31 de mayo de 2012

Deja la ropa tras la puerta, y ven a abrazarme con tus brazos de hierro. Déjame tocar tu piel de porcelana, inundar mi pecho con cada centímetro de tu cuerpo, y dejar que tu aroma quede grabado con permantente sobre mi desnuda alma. Ámame y no me sueltes, déjame recorrerte de pies a cabeza con mis labios, beber de ti como si no hubiera agua en el resto del mundo, saborearte como la dulce fruta que pican los pájaros en primavera, olerte en ese hueco tras las orejas que solo tú y yo conocemos. Aparta a un lado el dolor, curémonos con el analgésico del placer, derrochemos serotonina hasta que nuestro sistema nervioso pida clemencia a gritos. Dejémonos llevar por esa canción inmortal, soñémonos cada noche hasta que la realidad golpee nuestros corazones. Llévame a los lugares más lejanos, hazme tuya bajo la envidiosa mirada de la luna... muévete para mí como si no hubiera mañana.

...Y hacer el amor hasta que se caigan las estrellas.

26 de mayo de 2012

Y nunca mirar atrás

Es ese frustrante momento en el que te planteas qué coño estás haciendo con tu vida. Todo va mal, y lo peor de todo es que no tienes ganas de hacer NADA para que las cosas puedan ir mejorando, para que todo vuelva a su cauce... para que todo sea como debe ser. Como alguien te dijo una vez: 'estás sacando los pies fuera del tiesto'. En aquel momento no tenía razón, pero si escupes hacia arriba ya sabes lo que pasa.

Te sientes vacía, seca; sientes que ya no queda ni una gota de sangre que circule por tu torrente sanguíneo, que no queda nada que valga la pena dentro de ti. Eres consciente de que cada día vas perdiendo terreno, que vas teniendo menos ganas de NADA... sabes que, en lo más profundo de tu ser, a tu conciencia no le importa. Crees que todo se va a solucionar, pero eres una ilusa si de verdad piensas que puedes volver a tomar el buen camino sin interesarte si quiera por ello. 'Ya mejorará', te dices a menudo. Sabes que es mentira.

Eres feliz, pero no todo lo feliz que podrías llegar a ser si lo intentaras de verdad. Te mientes a ti misma, te haces estar segura de algo que nadie ve salvo tú, y estás tan convencida de ello que nada ni nadie podría hacerte cambiar de opinión al respecto. Tampoco te importa: te ves bien en la línea por la que vas, y sí tú te ves bien, tres pares de narices te importa la opinión de los demás. Pero... ¿estás segura de que todo lo que piensas es real...? ¿Que tu vida no podría desmoronarse en cuestión de segundos...? ¿Que todos los que te dicen que no lo estás haciendo bien, están equivocados...? ¿Que ellos no te quieren, que no te lo dicen porque les importas...?

En realidad, eres consciente de todo esto y de mucho más.


Y saber que, al menos tú, no te vas a ir.